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San Cayetano no quería despertar del sueño

El “Santo” de Navarro vivió dos días inolvidables en el Nacional de Fútbol 11 de Tandil, en donde fue subcampeón de Oro tras una muy sólida labor. El aurinegro, que llegó de la mano de El Autógrafo Eventos, recibió sólo dos goles en cinco partidos y fue el conjunto que más hinchada llevó a la cita, como así también simpatizantes virtuales.

Los de Navarro fueron los subcampeones de Oro del primer Nacional F11.

Su inicio en el campeonato fue ilusionante. En encuentros de dos tiempos de 25 pensábamos que en líneas generales iban a haber muchos menos goles pero San Cayetano salió a la cancha muy convencido y aprovechó el cansancio de Bulonera de Mar del Plata, que ya había jugado un partido, para golearlo 4-0. Jorge “Rambo” Salas, un protagonista reluciente de este historia, ingresó y anotó dos tantos para finiquitar el duelo que también tuvo gritos sagrados de Facu Cuello y Jonathan Polenta.

A sabiendas de que tan solo un empate lo dejaba en la Copa de Oro, tuvieron el agrado de pisar el verde césped del Estadio Dámaso Latasa del club Ferrocarril Sud en un duelo televisado por streaming que les dio el punto que necesitaban.

San Cayetano se dio el lujo de jugar en el Dámaso Latasa.

En un compromiso muy parejo y que lo tuvo en los últimos minutos sufriendo por quedarse con un hombre menos, igualaron 0-0 con Carhumo de La Plata y accedieron a los cuartos de final mientras cientos de simpatizantes los observaban por el Facebook de Copa Nacional de Campeones.

En la siguiente ronda, única que se jugó con dos tiempos de 15 minutos para alivianar cargas y llegar a culminar la jornada, fueron el único conjunto que pasó a semifinales sin necesidad de ejecutar tiros desde el punto del penal. El corpulento Polenta volvió a inflar redes ante San Lorenzo de Cañuelas -futuro campeón de Plata- y con su tanto metió al elenco navarrense entre los 4 mejores del torneo (1-0).

En semifinales, Los Amigos del Moñi de Lobos los esperaba para un duelo con mucho en juego. Vecinos separados por 30 kilómetros, buscaban el pasaje a la final y la continuidad del sueño de viajar a Montevideo para el cuadrangular de febrero.

Los lobenses lo ganaban 1-0 y fue entonces cuando volvió a aparecer en escena “Rambo” Salas para igualar el partido y desatar el grito santo. El cotejo fue muy luchado, parejo y sin otro remedio se definió en los penales. Allí, Darío Navarro tapó con firmeza el quinto remate rival y Salas, con esa especie de varita mágica, reafirmó su gran campeonato para a pura emoción clasificar a su elenco a la final del Nacional.

“Rambo” Salas fue un emotivo protagonista del fin de semana. 

Sus lágrimas así lo demuestran.

“La clave de todo esto es la entrega y el compromiso que tienen los muchachos. Arrancamos en el 2010 con algunos chicos de 14 y 15 años, ganamos 12 torneos en Navarro, 1 en Lobos, y este es un sueño del que no queremos despertar”, exclamó tras la algarabía del festejo el director técnico Alejandro Cano. “Es mucho para mí. Estoy de técnico con mi mejor amigo (Cristian Díaz), dirijo a mi hijo y esta es la familia del ‘Santo’”, agregó luego.

El golero Darío Navarro, que valoró siempre el apoyo incondicional de su gente, destacó que estaban viviendo un momento “impensado porque somos un equipo muy amateur” y que son cosas que quizás en el momento no logren darse cuenta la relevancia pero que con el tiempo van a decir “donde estuvimos”. Para él, “San Cayetano es familia pura, el apoyo incodicional de la gente y los compañeros, con un grupo muy sólido que es un valor grandísimo que te brinda el deporte”.

A su lado, Jonathan Torres, que subrayó lo duro que fue el partido con Los Amigos del Moñi, sumó que el equipo para él lo es todo. “La primera vez que salí campeón fue con San Cayetano y a partir de ahí no pensé que iban a venir tantos campeonatos, alegrías, tristezas y familias que nos acompañan”, cerró.

La hora de la final llegó y el elenco navarrense fue superior en la primera etapa y tuvo la más clara en un mano a mano que Juan Basterrechea perdió ante la gran respuesta de Sergio Fernández para luego chocar y quedar tendido sobre el césped. La sociedad entre el “7” y el “11”, Bruno Villalba, era sin dudas lo más interesante del encuentro.

En el complemento, Pura FT2 movió mejor las piezas con el ingreso de varios suplentes de calidad y se adueñó de la mitad de la cancha para terminar quedándose con el partido. Gonzalo Rotonda se infiltró entre los centrales tras un gran pase de Damián Villar y eludió al arquero con categoría para terminar dándole a los tandilenses el título en la Copa de Oro.

San Cayetano quedó desahuciado de la proeza pero con el corazón entregado hasta el último suspiro. Su gente así lo supo y le entregó un merecidísimo aplauso en una entrega de premios de gran valor con el simple hecho de ser segundo en un certamen de más de veinte escuadras. Seguramente el “Santo” seguirá batallando con ganas de volver a meterse entre los mejores planteles de la Copa Nacional de Campeones.

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