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Campeones en Mar del Plata

Intocables (2016):

Tras haber logrado cierto éxito con los Regionales de 2014 y 2015 en Tandil, por esa inquietud tan nuestra como organizadores fue que nos tiramos el lance de probar suerte en Mardel. Una plaza que ya de por sí abre puertas. La gente amiga del torneo Súper 8 (Lucas Ferrisi y Nicolás Arostegui) nos cobijó en el espectacular complejo “Punto Sur” y la primera experiencia ya cobró el carácter de “Nacional”, puesto que se sumó Legendarios de Rosario a la contienda. Y si bien nuevamente se lo llevó Tandil, con un Intocables sólido de mentalidad, la ciudad santafecina demostró que había llegado a los torneos para pisar fuerte porque en semifinales puso contra las cuerdas al campeón, demostrándole lo que nadie podía hacer por esos tiempos: flaquezas en defensa. Los rosarinos tienen ese no sé qué brasilero, esa impronta, esa desfachatez, ese potrero inaudito que es capaz de sacarse rivales en una baldosa. Si por algo se distingue Intocables, es por el orden que le imprime de concentración a los suyos, sobre todo en defensa, ese animal del arco llamado Héctor “Bachi” Cordero. En esos tiempos, el combinado dirigido por Matías Darugna no perdía el equilibrio nunca. Pero los rosarinos le sacaron jugo a las pocas grietas que estos dejaban con un Facundo Rodríguez intrépido y el olfato del goleador Rodrigo Bustamante. A su vez, el certamen se jugó –a diferencia de en Tandil- con la modalidad de 7 contra 7 y a los tandilenses les costó un tiempo adaptarse a la superficie (igual de larga pero más angosta). Una vez que le encontraron la vuelta, se volvieron a sentir fuertes y lo ganaron con solvencia.

Del otro lado del cuadro, en otro partidazo, Pipa de Junín logró su mejor versión de todas en estos certámenes (y eso que tuvo presentaciones estelares) superando en la otra semi a Termas Huinco, el campeón local, con un chapulín Ganci punzante y un Franquito Piegari que le terminó de dar el equilibrio justo a un plantel que suele gozar de personalidades dispares como el termómetro que es Fede Pizarro en el medio y la versatilidad que llena ojos del “Rasta” Santiago Marino. En el fondo, Claudio “Flaco” Rodríguez jugó su mejor torneo y el “Puma” Nuñez en la valla y el talentoso Marcos Gamazo le terminaron de dar el salto de calidad a un equipo que ganó la semi con mística. Ganci jugó rengo todo el segundo tiempo y los juninenses pese a comerse un golazo de otro partido del talentoso Angel Filtre le encontraron sentido al partido con un arrebato de Marino sobre el final.

Ya en la final, Intocables llegó más fuerte en lo emocional y lo goleó 3-0 para alzar su primera corona de carácter Regional-Nacional y terminar de decorar lo que es su rica historia, ratificando su condición de equipo “grande”.

El partido completo que le dio la Copa al verdinegro:

Consagrados (2017):

Cuando todos creían que los Nacionales iban a ser siempre de dominio tandilense, apareció en la ciudad menos pensada, Olavarría -porque para ese entonces no había crecido la Copa como en otros lugares-, Los Consagrados, y de un torneo de fútbol 5 como el de Área Chica, donde venían predominando hace muchos años, lograron fortalecerse, ser parte de la Copa Cosa de Serranos en su versión inaugural –que tuvo sólo 10 equipos- y luego llegar al Nacional de Mar del Plata y sorprender a propios y extraños. En ese torneo, le tocó debutar ni más ni menos que ante Natalia Natalia, que venía de ser el reciente campeón de la A-1 en Tandil, razón por la cual llegaba como gran candidato al título. Hay que aclarar, nobleza obliga, que a Natalia Natalia le faltaron sus dos principales figuras: Mariano Disipio y Nicolás Auce. Consagrados lo superó de principio a fin, con un dominio abrumador. De esa manera, ya marcó el puntapié inicial de lo que iba a ser un Nacional que rompería el molde y le iba a dejar la corona a una nueva localidad.

No sólo fue Olavarría la sorpresa, ya que en su segunda incursión en un Nacional, Rosario –para nuestro gusto la ciudad más futbolera del país- iba a sembrar, por intermedio de Estrella Junior y la organización de la Loyal League, la esperanza de que llegaban a los Nacionales para quedarse. Ya lo habían demostrado en su momento los chicos de Legendarios, que hicieron un buen papel en 2016, y Estrella Junior definitivamente llegó para imponer la marca rosarina con un tridente fantástico –Mayeux-Lloret-Pereyra- que hizo estragos en los primeros partidos y fue la sensación del torneo y logró una final “cantada” tras lo sucedido el sábado. Quizás, quedó la sensación de que Estrella Junior disfrutó mucho de la noche bolichera del sábado y no pudo desplegar todo su potencial en la etapa definitoria. La “V” Corta, en semis, le generó mucho desgaste físico y Consagrados con un esquema táctico muy prolijo y compacto y con un equipo que se arma de atrás para adelante con figuras destacadas en cada línea logró en un partido golpe a golpe sacar diferencias, y si bien ganó por la mínima fue un justo campeón -vale la polémica aclaración: en la finalísima el árbitro finalizó el partido a los 24′ del segundo tiempo porque se le “estancó” el reloj-. Los olavarrienses tienen en Javier Lobos al director técnico quizás más comprometido de todos los que conocimos en la provincia de Buenos Aires con lo referente al fútbol amateur: supercampeón en torneos locales en Olava encontró en el Nacional la gran escusa para emancipar toda su sabiduría futbolística y, sobre todo, su pasión.

La final que ganó Consagrados sobre Estrella Junior:

El compacto de ese partidazo:

La Espiga (2018):

Con la movida Nacional “al palo”, 22 equipos se midieron en julio para intentar definir si alguno podía destronar al campeón de los 57 títulos amateurs: La Espiga de Glew, que venía de levantar la Copa Nacional en Tandil en diciembre y con un fútbol de altísimo vuelo. En el primer partido, las dificultades se hacían presentes en el campeón defensor, ya que en el viaje a Mardel se les pinchó una rueda y llegaron con lo justo y con algunos jugadores sin siquiera calzado deportivo. Así y todo, vencieron bien a Pipa de Junín 6-3 y luego se clasificaron al vencer a un viejo conocido como Deportivo Estrella de Olavarría (6-2), a quienes habían eliminado en cuartos de final en la anterior edición.

En los cruces, los bonaerenses arrasaron y con su típica paciencia y juego elaborado cumplieron su favoritismo al título. En cuartos, superaron 5-2 al campeón rosarino La Máquina Russa, mientras que en semis el duelo decantó que haya clásico de Copa del Rey Longchamps ante Albinoleffe. En el primer tiempo, el rival se acopló bien en defensa y se vio un aburrido 0-0 casi sin llegadas a los arcos. Pero como bien sabemos, La Espiga aprieta el acelerador… y en cinco minutos te liquida el asunto. 5-1 fue el resultado final con un segundo tiempo magnífico que los metió en la definición ante la sorpresa del torneo, el local Termas Huinco.

En el cotejo decisivo, cuando estaban 1-1 Ezequiel “Chimi” González se mandó una jugada irrepetible y cuchareó la pelota entre dos rivales para ponerse cara a cara con José Rando y darle la ventaja a los suyos. Hasta allí había aguantado en su campo Termas, que terminó cayendo 4-1, al igual que Intocables en la final en Tandil. Además de González, Jonatan Soplán y Jorge Suárez fueron las grandes figuras de un equipo que no contó con el estelar Erick Aparicio pero que supo elevar una vez más su nivel colectivo.

Además del fantástico torneo de Termas Huinco, que eliminó en una semifinal emocionante e histórica a Consagrados de Olavarría, hay que destacar que por primera vez hubo tres campeones, ya que a la Copa de Plata que se había añadido en Tandil se le sumó la de Bronce aquí en Mar del Plata. Caciques de Bolívar se impuso en la segunda copa más importante ante Borussia de Saladillo (4-2), mientras Los Tíos de Junín se quedaron con el Bronce al vencer en los penales a Salchicha’s de Rauch. Por otra parte, el torneo dio un paso agigantado en la cobertura mediática, ya que sumó transmisiones en vivo y en HD por streaming a través de su cuenta de Facebook.


 

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