La historia de lo que en un principio se denominó “Regional” surge a raíz de la motivación que los propios equipos y organizadores percibieron podía ser el siguiente paso “lógico”, en un nivel de competencia de fútbol amateur que se nos iba de las manos, en el buen sentido, en la ciudad de Tandil.

La Copa de Campeones donde se graba la chapa de los equipos que la alzan

Fue tal la explosión de la Copa Cosa de Serranos en dicha ciudad, como un cambio contracultural de lo que eran las competencias típicas de fútbol a nivel amateur, que aquello de la no violencia, pero en serio, y el fomento permanente del fair play mediante radio y televisión nos llevó a que lluevan y lluevan equipos a tal punto de alcanzar la cifra histórica, en la provincia de Buenos Aires, de 174 planteles en una sola competencia que se dividió en 10 niveles. La Copa parecía que no iba a tener techo nunca jamás, los mismos equipos nos decían “¿hasta la categoría Z no van a parar?”. Nos vimos obligados a generar un “Soñando por entrar a la Copa” en el que se anotaban 50 equipos con la intención de entrar a la categoría más baja y eran seleccionados “a dedo” de acuerdo a su conducta y el color que ofrecían en las redes sociales. A su vez, era tal el éxito, como modo de disputar torneos con orden y prolijidad que tuvimos que ampliar la franja de competencias (a pedido de la gente): lanzando el fútbol femenino que fue un verdadero éxito, y con el paso del tiempo la Copa Jr. (entre 15 y 17 años) y el Senior (mayores de 35 años). Pero nos faltaba algo, lo que “pedía la jugada”: cruzar a los campeones locales, de semejante torneo, que se sentían fuertes y competitivos a otra esfera. En principio, con el lanzamiento de la Copa Cosa de Serranos en Junín y la propia en Ayacucho logramos que campeones de una misma organización se cruzasen y, la verdad, que si bien Tandil arrasó… la idea gustó mucho.

CQC fue un vendaval, aplastó de principio a fin con un apetito voraz e indisimulable a todos sus rivales, a tal punto que la final la ganó por 8-0. CQC quizás sea, para muchos, en la ciudad de Tandil, el mejor equipo de fútbol sintético de la historia. Formado por Paulo “Negrito” Poggi (uno de los goleadores históricos en el fútbol reducido de la ciudad) y Javier “Coqui” Corradi, los hombres de negro tenían incorporada muy adentro, esa vieja cultura futbolera de competir a nivel amateur, con una tendencia al desparpajo verbal y pese a ser claramente los mejores en lo competitivo, les costó controlar ese instinto agresivo y terminaron quedando afuera de la famosa Copa Cosa de Serranos siendo indiscutiblemente el “Boca o River”. Una verdadera pena, aunque fue pasajera y con el tiempo volvieron refundándose.

Aquel primer Regional quedará marcado un poco por eso, por la idea clara de La Organización de querer plasmar “otra cultura futbolera” y esa especie de transición entre la cultura vieja y los equipos que engancharon la sintonía al toque y aquellos a los que les costó un poco más. En una de las semifinales, por ejemplo, entre Juventud Cristiana y La Banda 2013, se dio un tumulto entre simpatizantes y eso empañó un poco lo que fue el Primer Regional. A tal punto que desde el año siguiente, en Tandil, se jugó sin público esta categoría de certámenes.

Se hizo un Pre-Regional para albergar a todos los equipos campeones de las variadas categorías en Tandil y se invitó a competir en el mismo a los planteles más destacados de Ayacucho también. En la nota linkeada, se puede ver lo que fue el primer Regional en Tandil con el agregado de los videos de todos los partidos completos, que fueron subidos a nuestro canal de YouTube.